Presentación del libro:
Los santos
indígenas, entes divinos populares bajo sospecha oficial
Ramiro Gómez Arzapalo
UIC- 12 de octubre de 2012
Alba Patricia Hernández Soc
Los santos indígenas, entes divinos
populares bajo sospecha oficial. Título por demás
sugerente. A manera de presentación iremos escudriñando lo que nos presenta en
este libro el Dr. Ramiro Gómez Arzapálo.
¿Qué son los santos? ¿imágenes
de madera, de yeso? ¿Santos que son intermediadores entre Dios y los humanos? Y
por último ¿por qué especificar que son santos indígenas? A estas preguntas más
que respuestas contundentes al lector, encontramos un abanico amplio de más y
más preguntas que nos invita a pensar el autor de la obra.
El
Dr. Ramiro nos adentra a la concepción
de estos santos como ejes medulares por donde transita la vida y organización
social de los pueblos indígenas de Mesoamérica. Son personajes vivos y
presentes en la historia de las diversas comunidades. Los santos hicieron su
aparición con la llegada de los españoles, pero se han mantenido en constante
mutación, éstos seres viajan, crean y recrean el tiempo hasta nuestra
actualidad.
Al
unirse la divinidad con los humanos, se genera un lazo de reciprocidad entre
ambos. ¿Pero cómo se comportan estas entidades? En algunos pueblos la gente
relata que tienen parentela con otros santos o vírgenes, que a veces se enojan,
o que se entristecen, o se visitan entre ellos a partir de las relaciones que
guardan con otros pueblos, también se ha dicho que lloran o que en otras
tantas, castigan al pueblo por no haber cumplido con lo prometido. Estas formas
de concebirlos y de relacionarse con las divinidades dista mucho de los cánones
establecidos por la religión oficial. En palabras del Dr. Ramiro, se encuentran
bajo sospecha oficial.
Otro
punto medular en este libro es la relación que se da entre la religión oficial
y la forma en cómo se práctica en los pueblos. Para abordarlo, se realiza un
diálogo con autores de la antropología, filosofía, etnohistoria, profundizando
con las diversas corrientes, pero un punto importante en las discusiones
teóricas, es no hacerlas inaccesible a los demás, el Dr. nos habla con una
fluidez en la traza de sus palabras, que el trabajo se va desarrollando de la
mano para quien lo lee, tanto para el especialista en estos temas como para aquel
que busca explorar sobre las manifestaciones religiosas de los pueblos
indígenas de Mesoamérica. Para ello nos habla de la historia de la religión
católica en Europa, la Reforma, la Contrarreforma, también analiza los términos
de sincretismo, cosmovisión, ritual y religiosidad popular entre muchos otros.
Términos por demás complejos pero necesarios para explicar y sustentar la
comprensión de las prácticas religiosas de los pueblos de Mesoamérica.
Un
punto que llamó mi atención en su análisis teórico fue la comprensión del otro,
a partir de Emmanuel Lévinas, el Dr. Ramiro nos hace partícipes, no sólo para comprender
sino para asumir una responsabilidad con el otro, es decir; romper con el
individualismo, característico de la modernidad.
En una cita que hace el autor sobre la teoría de Levinas
apunta lo siguiente: “la epifanía del rostro como rostro introduce la
humanidad” (Levinas1992: 226) “porque es cuando el Yo puede situarse en su
interioridad y lo que es exterior a él: el
Otro. Cabe recalcar que esta relación es eminentemente
ética, pues el rostro que se me revela, al contemplarlo cara-a-cara convoca a
mi responsabilidad, porque yo puedo decidir qué actitud asumir
frente a él, ya sea de respeto, o bien, de violencia, y cualquiera
de estas formas lo afectará como Otro. Por eso convoca a mi responsabilidad el
tratarlo como Otro y no como extensión de mi mismo. (Gomez Arzapálo, 2012: 30)
Al
entablar este tipo de diálogo teórico, se nos invita a mirar nuestro entorno
con otros ojos. En una de las ciudades más granes del mundo, se pensaría que la
“modernidad” entendida desde los cánones de occidente, todos tendríamos que ser
“bastante civilizados”, pero seguramente en más de una ocasión hemos podido ver
acciones o manifestaciones religiosas que distan de esta supuesta “civilidad”.
Por ejemplo en una procesión, se observa un santo o una virgen llenos de
flores, veladoras, rezos, cohetes y gente por doquier a veces irrumpiendo el
fluir de los autos. Entonces, ¿qué es lo que observamos, sólo una procesión?
Esta
pregunta encuentran diversas respuestas en las líneas del libro, a groso modo
podemos reflexionar acerca de la explicación del ritual, de las relaciones de
reciprocidad, de la continuidad histórica, de procesos que se manifiestan como
resistencia ante la implementación de los modelos hegemónicos, pero sobre todo,
que existe otra forma de ver y entender el mundo de manera coherente,
parafraseando al Dr.Ramiro, no es capricho o terquedad de los pueblos de
ascendencia campesina, es decir, estas expresiones tienen lugar dentro de una
lógica cultural.
Esto
podríamos pensarlo en un contexto de urbe, pero en un contexto rural, ¿qué papel
juegan los santos? Una de las propuestas que se maneja en el libro es la injerencia
en la actividad agrícola, donde a través de ellos se les puede solicitar la
llegada de las lluvias, alejar el granizo, la buena cosecha, etc. Los santos
son depositarios de los poderes de los aires, la lluvia, el maíz, los cerros,
que condensan en pocas palabras las potencias naturales para dar y generar
sustento a la población. De esta manera no es de extrañarnos ver que en un
pueblo la gente lleva en procesión al santo o la virgen hacia el cerro, y al
mismo tiempo solicitar al cura que oficie misa y que a la par se realicen danzas
y comida especial a la divinidad.
Estos
procesos sincréticos a los que nos hemos referido, guardan en cada comunidad
componentes particulares. Sin embargo, a groso modo podemos señalar que las
comunidades participaron en rupturas y negociaciones con la iglesia oficial,
para dar continuidad a elementos ancestrales, mismos que se han entretejido en
un proceso dialéctico. A partir del papel que tienen las imágenes católicas, se
puede ver, analizar y palpar la continuidad histórica de las comunidades, las
cuales mediante el ritual expresan una cosmovisión.
“Dentro de este orden de ideas, el ritual implica la
organización humana, la cual, en las comunidades rurales de origen indígena, se
manifiesta como una complicada red de relaciones sociales donde hay juegos de
poder, tanto al interior como al exterior del pueblo, donde se gesta una
diferenciación entre lo propio y lo ajeno, una forma peculiar de administrar la
economía y de interrelacionarse con los demás miembros de la comunidad. Todas
estas características nos llevan a inferir una lógica interna en la
organización social de estas comunidades donde integran los fenómenos
naturales, las figuras de los santos, y las actividades humanas en un peculiar
modo de vida” (Op.Cit: 43)
La
concepción mesoamericana sobre los santos distó de aquella que se buscaba
implementar a la llegada de los misioneros a estas tierras. Lejos de convertirse
en una manifestación de rendición de culto. Hoy, en los diversos pueblos de
ascendencia campesina, esto no es así, a ellos se les viste con la ropa de sus
habitantes, se les maquilla, lava el pelo, se les regalan múltiples joyas o
vestimentas, ellos o ellas pueden alejar las enfermedades, malos tiempos pero
también si no se portan bien con la comunidad, se les puede castigar. Pero como
hemos mencionado con anterioridad, también explican relaciones sociales,
históricas, culturales y hasta políticas; en cada espacio los santos están
literalmente, vivos. En palabras del autor, refiere que están “Lejos del
púlpito, (están) en la lucha diaria por sobrevivir, en el campo, en los
problemas cotidianos que urgen soluciones inmediatas, es decir, todos esos
espacios vitales donde la rudeza de la rutina hace necesaria toda la ayuda
posible” (Op.Cit: 46).
Otro
cuestionamiento que nos invita el Dr. Ramiro es a preguntarnos, ¿cómo son
concebidos los santos? ¿entes sobrenaturales? ¿dioses?. él utiliza el término
de “dueños”, que implica un
lugar de acción, un lugar donde se ejerce una función específica, en
interacción con los “otros dueños”. El dueño del agua, el dueño del monte, el
dueño de los animales (Op. Cit:55). Entendido desde esta perspectiva se observa
una relación holística entre los santos, humanos y “dueños” todos ellos
partícipes dentro de una matriz cosmogónica.
Por lo anterior no es de extrañarnos el conocer a un
Diablo como personaje numinoso. Datos de campo que nos muestra el autor y que nos
relata a un diablo que beneficia a la comunidad con “favores” que los otros
santos no pueden realizar, pero que no necesariamente son malos. Es decir,
estaríamos hablando de un “diablo benévolo”, ¿un diablo humano?. Continuando
con el trabajo etnográfico, se aborda diversas celebraciones en Morelos, Estado
de México, Puebla, y Guerrero, cada una con una excelente narrativa, que nos transporta
al lugar mismo, a ver la ubicación de los santos, de los preparativos, de la
gente, de la presencia de los muertos. También podemos encontrar un calendario
de festividades por si a alguno de los lectores se le antoja ir, donde seguro
no se escapará de estar entre el sonido de los cohetes, de los juegos
mecánicos, o del tan rico mole con arroz. Estas descripciones o bien llamados datos etnográficos, por los
antropólogos, parecieran a lo lejos reflejar una narrativa de realismo mágico,
tipo Márquez, pero lo cierto es que no son un Macondo, sino comunidades
mesoamericanas vivas y reales contando su propia historia.
Antes
de concluir, el autor refiere que “este trabajo es un intento, por comprender
la originalidad propia de la religiosidad indígena, que trata de dar cuenta de
su entorno, la posición que el ser humano ocupa en él y los seres divinos que cohabitan e interactúan con
el hombre, permitiendo reconocer la coherencia indígena en su propio sistema,
donde se articulan cosmovisión, relaciones sociales, rituales, identidad, lo
cual les ha permitido como grupos específicos- afrontar los embates históricos
tan severos que han sufrido frente a un poder hegemónico, que culturalmente es
tan diferente, y que tiende a la pretensión de homologar a todos los grupos
sociales bajo los mismos parámetros con los cuales se rige”.(Op.Cit:115). De
tal manera, este libro es una invitación para acercarnos a estos estudios y
comprender el entramado cultural en el que vivimos, para repensar las prácticas
religiosas indígenas, campesinas y urbanas que se nos muestran como una
epifanía, parafraseando al Dr. Ramiro, es el rostro que se nos muestra.