martes, 23 de octubre de 2012

TEXTO DE LA MTRA. ALBA PATRICIA HERNÁNDEZ SOC


Presentación del libro:

Los santos indígenas, entes divinos populares bajo sospecha oficial

Ramiro Gómez Arzapalo

UIC- 12 de octubre de 2012

 

Alba Patricia Hernández Soc

 

 

Los santos indígenas, entes divinos populares bajo sospecha oficial. Título por demás sugerente. A manera de presentación iremos escudriñando lo que nos presenta en este libro el Dr. Ramiro Gómez Arzapálo.

¿Qué son los santos? ¿imágenes de madera, de yeso? ¿Santos que son intermediadores entre Dios y los humanos? Y por último ¿por qué especificar que son santos indígenas? A estas preguntas más que respuestas contundentes al lector, encontramos un abanico amplio de más y más preguntas que nos invita a pensar el autor de la obra.

El Dr. Ramiro  nos adentra a la concepción de estos santos como ejes medulares por donde transita la vida y organización social de los pueblos indígenas de Mesoamérica. Son personajes vivos y presentes en la historia de las diversas comunidades. Los santos hicieron su aparición con la llegada de los españoles, pero se han mantenido en constante mutación, éstos seres viajan, crean y recrean el tiempo hasta nuestra actualidad.

Al unirse la divinidad con los humanos, se genera un lazo de reciprocidad entre ambos. ¿Pero cómo se comportan estas entidades? En algunos pueblos la gente relata que tienen parentela con otros santos o vírgenes, que a veces se enojan, o que se entristecen, o se visitan entre ellos a partir de las relaciones que guardan con otros pueblos, también se ha dicho que lloran o que en otras tantas, castigan al pueblo por no haber cumplido con lo prometido. Estas formas de concebirlos y de relacionarse con las divinidades dista mucho de los cánones establecidos por la religión oficial. En palabras del Dr. Ramiro, se encuentran bajo sospecha oficial.

Otro punto medular en este libro es la relación que se da entre la religión oficial y la forma en cómo se práctica en los pueblos. Para abordarlo, se realiza un diálogo con autores de la antropología, filosofía, etnohistoria, profundizando con las diversas corrientes, pero un punto importante en las discusiones teóricas, es no hacerlas inaccesible a los demás, el Dr. nos habla con una fluidez en la traza de sus palabras, que el trabajo se va desarrollando de la mano para quien lo lee, tanto para el especialista en estos temas como para aquel que busca explorar sobre las manifestaciones religiosas de los pueblos indígenas de Mesoamérica. Para ello nos habla de la historia de la religión católica en Europa, la Reforma, la Contrarreforma, también analiza los términos de sincretismo, cosmovisión, ritual y religiosidad popular entre muchos otros. Términos por demás complejos pero necesarios para explicar y sustentar la comprensión de las prácticas religiosas de los pueblos de Mesoamérica.

Un punto que llamó mi atención en su análisis teórico fue la comprensión del otro, a partir de Emmanuel Lévinas, el Dr. Ramiro nos hace partícipes, no sólo para comprender sino para asumir una responsabilidad con el otro, es decir; romper con el individualismo, característico de la modernidad.

En una cita que hace el autor sobre la teoría de Levinas apunta lo siguiente: “la epifanía del rostro como rostro introduce la humanidad” (Levinas1992: 226) “porque es cuando el Yo puede situarse en su interioridad y lo que es exterior a él: el Otro. Cabe recalcar que esta relación es eminentemente ética, pues el rostro que se me revela, al contemplarlo cara-a-cara convoca a mi responsabilidad, porque yo puedo decidir qué actitud asumir frente a él, ya sea de respeto, o bien, de violencia, y cualquiera de estas formas lo afectará como Otro. Por eso convoca a mi responsabilidad el tratarlo como Otro y no como extensión de mi mismo. (Gomez Arzapálo, 2012: 30)

Al entablar este tipo de diálogo teórico, se nos invita a mirar nuestro entorno con otros ojos. En una de las ciudades más granes del mundo, se pensaría que la “modernidad” entendida desde los cánones de occidente, todos tendríamos que ser “bastante civilizados”, pero seguramente en más de una ocasión hemos podido ver acciones o manifestaciones religiosas que distan de esta supuesta “civilidad”. Por ejemplo en una procesión, se observa un santo o una virgen llenos de flores, veladoras, rezos, cohetes y gente por doquier a veces irrumpiendo el fluir de los autos. Entonces, ¿qué es lo que observamos, sólo una procesión?

Esta pregunta encuentran diversas respuestas en las líneas del libro, a groso modo podemos reflexionar acerca de la explicación del ritual, de las relaciones de reciprocidad, de la continuidad histórica, de procesos que se manifiestan como resistencia ante la implementación de los modelos hegemónicos, pero sobre todo, que existe otra forma de ver y entender el mundo de manera coherente, parafraseando al Dr.Ramiro, no es capricho o terquedad de los pueblos de ascendencia campesina, es decir, estas expresiones tienen lugar dentro de una lógica cultural.

Esto podríamos pensarlo en un contexto de urbe, pero en un contexto rural, ¿qué papel juegan los santos? Una de las propuestas que se maneja en el libro es la injerencia en la actividad agrícola, donde a través de ellos se les puede solicitar la llegada de las lluvias, alejar el granizo, la buena cosecha, etc. Los santos son depositarios de los poderes de los aires, la lluvia, el maíz, los cerros, que condensan en pocas palabras las potencias naturales para dar y generar sustento a la población. De esta manera no es de extrañarnos ver que en un pueblo la gente lleva en procesión al santo o la virgen hacia el cerro, y al mismo tiempo solicitar al cura que oficie misa y que a la par se realicen danzas y comida especial a la divinidad.

Estos procesos sincréticos a los que nos hemos referido, guardan en cada comunidad componentes particulares. Sin embargo, a groso modo podemos señalar que las comunidades participaron en rupturas y negociaciones con la iglesia oficial, para dar continuidad a elementos ancestrales, mismos que se han entretejido en un proceso dialéctico. A partir del papel que tienen las imágenes católicas, se puede ver, analizar y palpar la continuidad histórica de las comunidades, las cuales mediante el ritual expresan una cosmovisión.

“Dentro de este orden de ideas, el ritual implica la organización humana, la cual, en las comunidades rurales de origen indígena, se manifiesta como una complicada red de relaciones sociales donde hay juegos de poder, tanto al interior como al exterior del pueblo, donde se gesta una diferenciación entre lo propio y lo ajeno, una forma peculiar de administrar la economía y de interrelacionarse con los demás miembros de la comunidad. Todas estas características nos llevan a inferir una lógica interna en la organización social de estas comunidades donde integran los fenómenos naturales, las figuras de los santos, y las actividades humanas en un peculiar modo de vida” (Op.Cit: 43)

La concepción mesoamericana sobre los santos distó de aquella que se buscaba implementar a la llegada de los misioneros a estas tierras. Lejos de convertirse en una manifestación de rendición de culto. Hoy, en los diversos pueblos de ascendencia campesina, esto no es así, a ellos se les viste con la ropa de sus habitantes, se les maquilla, lava el pelo, se les regalan múltiples joyas o vestimentas, ellos o ellas pueden alejar las enfermedades, malos tiempos pero también si no se portan bien con la comunidad, se les puede castigar. Pero como hemos mencionado con anterioridad, también explican relaciones sociales, históricas, culturales y hasta políticas; en cada espacio los santos están literalmente, vivos. En palabras del autor, refiere que están “Lejos del púlpito, (están) en la lucha diaria por sobrevivir, en el campo, en los problemas cotidianos que urgen soluciones inmediatas, es decir, todos esos espacios vitales donde la rudeza de la rutina hace necesaria toda la ayuda posible” (Op.Cit: 46).

Otro cuestionamiento que nos invita el Dr. Ramiro es a preguntarnos, ¿cómo son concebidos los santos? ¿entes sobrenaturales? ¿dioses?. él utiliza el término de “dueños”, que implica un lugar de acción, un lugar donde se ejerce una función específica, en interacción con los “otros dueños”. El dueño del agua, el dueño del monte, el dueño de los animales (Op. Cit:55). Entendido desde esta perspectiva se observa una relación holística entre los santos, humanos y “dueños” todos ellos partícipes dentro de una matriz cosmogónica.


Por lo anterior no es de extrañarnos el conocer a un Diablo como personaje numinoso. Datos de campo que nos muestra el autor y que nos relata a un diablo que beneficia a la comunidad con “favores” que los otros santos no pueden realizar, pero que no necesariamente son malos. Es decir, estaríamos hablando de un “diablo benévolo”, ¿un diablo humano?. Continuando con el trabajo etnográfico, se aborda diversas celebraciones en Morelos, Estado de México, Puebla, y Guerrero, cada una con una excelente narrativa, que nos transporta al lugar mismo, a ver la ubicación de los santos, de los preparativos, de la gente, de la presencia de los muertos. También podemos encontrar un calendario de festividades por si a alguno de los lectores se le antoja ir, donde seguro no se escapará de estar entre el sonido de los cohetes, de los juegos mecánicos, o del tan rico mole con arroz. Estas descripciones o bien llamados datos etnográficos, por los antropólogos, parecieran a lo lejos reflejar una narrativa de realismo mágico, tipo Márquez, pero lo cierto es que no son un Macondo, sino comunidades mesoamericanas vivas y reales contando su propia historia.

Antes de concluir, el autor refiere que “este trabajo es un intento, por comprender la originalidad propia de la religiosidad indígena, que trata de dar cuenta de su entorno, la posición que el ser humano ocupa en él y los seres divinos que cohabitan e interactúan con el hombre, permitiendo reconocer la coherencia indígena en su propio sistema, donde se articulan cosmovisión, relaciones sociales, rituales, identidad, lo cual les ha permitido como grupos específicos- afrontar los embates históricos tan severos que han sufrido frente a un poder hegemónico, que culturalmente es tan diferente, y que tiende a la pretensión de homologar a todos los grupos sociales bajo los mismos parámetros con los cuales se rige”.(Op.Cit:115). De tal manera, este libro es una invitación para acercarnos a estos estudios y comprender el entramado cultural en el que vivimos, para repensar las prácticas religiosas indígenas, campesinas y urbanas que se nos muestran como una epifanía, parafraseando al Dr. Ramiro, es el rostro que se nos muestra.